Hoy compartimos... Mon Ywa

Hoy compartimos... Mon Ywa

Una gran montaña transformada en laberinto. Cada buda, cada espíritu, tatuados en la propia montaña. Cada una de las casi 500 grutas, excavadas poco a poco desde el siglo XV. Y estamos solos. Los gritos de los monos, los rumores de los monjes peregrinos, y el silencio. Unos le piden a Juan que se hagan una foto juntos. Puede que por la barba.Thein ya nos va conociendo, y en lugar del Ferry cogemos una barca normal y corriente, que además es más rapida. En la tarde libre incluso se queda con nosotros, y nos lleva a un chachibar (para él) con karaoke, y nos canta un rock duro de cuando era joven. Un par de baladas... una tarde divertidisima. En Mon Ywa hay una tele enorme en la calle y todos se apiñan alrededor de la novela birmana y los anuncios. Por la noche nos las arreglamos nosotros en un restaurante de lo más romántico, plagado de lucecitas y mosquitos. Ah! Y superamos la prueba del puente. La de alcoholemia.. je,je.

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