"CARLOTA Y MONA LISA" O FORMAS DE JUGAR EN UN MUSEO.

Imaginar es como soñar, pero despierto. En realidad imaginar tiene muchas más ventajas que soñar. Como estás despierto, puedes elegir lo que te apetece imaginar.

Hace unos días, le regalé a mi sobrina Carlota un libro titulado "Carlota y Mona Lisa". En cada libro, Carlota tiene una aventura en el museo, y en esta ocasión le pregunta a su abuela sobre la sonrisa de Mona Lisa. "Lo mejor será preguntárselo a ella", dijo la abuela. Carlota se acerca y toda decidida, se mete dentro del cuadro a charlar un ratito con ella. Lisa le cuenta que la sonrisa se la pintaron hace mucho tiempo, y que en realidad se aburre como una ostra allí encerrada en su cuadro. Carlota decide llevársela de excursión, y van metiéndose de cuadro en cuadro.. montando un pequeño lío en el museo. Sucede de todo hasta recuperar la verdadera sonrisa de Lisa.

La segunda parte de mi historia es cuanto menos, divertida. Esta semana santa, nos hemos vuelto a juntar y un pajarito me ha contado cómo pillaron a los niños en casa, haciendo equilibrios sobre las sillas, e intentando meterse dentro de los cuadros. De hecho, uno de ellos lo logró.. o más bien se escondió detrás, pero estaba orgullosísimo de su hazaña.

Meterse en un cuadro es uno de los juegos más complicados del mundo, o de los más sencillos si consigues destapar tu fantasía. Hay tántos cuadros en los museos y tántas cosas dentro de cada cuadro, que la mayoría de las veces vuelves a casa con sensación de haber jugado demasiado.

Un truco. Si te llevan a un museo algo "pestiño", hay otra forma de jugar. Observa las caras de la gente. Cuando imaginas no lo notas, pero se te queda una cara...

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