La educación del carácter y la personalidad


Bijou confirma mi teoría sobre esa gran parcela moldeable de la personalidad, que no se hereda, y que depende exclusivamente de lo que nos rodea. Bijou con sus cuatro meses pone un cuidado minucioso en no morderme, no arañarme, no chuparme, incluso jugando, yendo en contra de su instinto. Viene cuando le llamo (siempre que no haya entrado en esa hora histérica del día) e ignora todo lo que no conlleva refuerzo positivo aunque se trate de comida.

Copia todo lo que hago. Si meo, viene conmigo y mea, si comemos, ella se va a su sitio y come su comida para mini gatos. Si hago un recorrido largo, por toda la casa, ella me acompaña de aquí para allá supervisando cada movimiento con una paciencia asombrosa.

Por supuesto, es un gato, con sus cosas de gato. No hay más que verla en su faceta cotilla, tomando el sol junto a la ventana. Pero aquello de "es que es así", tanto para gatos como para personas.. la mayor parte de las veces sólo es una excusa.

La verdad es que no viene a cuento, pero me encantaría, que aquel profesor de la UNED que nos quiso convencer de que su asignatura de "la educación del carácter y la personalidad" era aplicable sólo a "niños normales", (entre otros comentarios absurdos sobre el caracter violento de los vascos ¿?) ya se haya jubilado, por el bien de todos.

Buceamos en el Mar Rojo

Ha sido tremendo. Barcos, tortugas, mantas, pez payaso, pez cocodrilo, pez león, pez piedra, mil corales, mil colores, el equipo, el barco, el atardecer, ... una de las mejores experiencias sin duda.





Del mejor momento no hay foto. Y si lo pienso no lo hago. Estamos solos en el horizonte. Sólo nuestro barco en mar abierto. Una manada de delfines se acerca.

Me tiro del barco. Un delfín chiquitillo, confiado por inexperto supongo, nada hacia mi, y se hunde justo debajo, permitiendo que le acaricie la aleta.Llevo la mascara puesta, y me hundo con ellos viendo cómo pasan y se alejan.




Se siente la soledad del mar, y la emoción de lo que acaba de pasar. Tengo el corazón a doscientos, y me acabo de dar cuenta que no se nadar bien pero la sal del mar rojo me está ayudando a flotar.


Me vienen a buscar en la zodiak, y una vez en el barco no puedo dejar de parlotear, aunque mi inglés es muy torpe. Que cosas...





Buceamos en algunos barcos hundidos de la segunda guerra mundial, descubiertos por Cousteau, y repletos de vida, peces, corales.. que dan esa sensación de aventura.

En estas aguas tambien vive el tiburón martillo y otros varios, pero ni nos los encontramos, ni se que hubiera hecho si me los encontrase...









TREMENDO....