22 Diciembre 2002

La gente salió toda más o menos a la vez. Y rapido.
Pensé en lo que se siente después de soltar todo ese miedo, sabiendo que no hay nada detrás del punto y gracias. La multitud desaparece y te quedas a solas con tu eco.

Ayer murió José Hierro. Cohincidimos este invierno. Biblioteca Central. Donosti. En la cuevita abovedada del auditorio. Hablaba de Ballenas varadas con su voz ajada y profunda. Yo escucho al final de la escalera con el culo frío. No nos vemos hasta que salen todos. Espero. Poco. Hay demasiado vacío.

Se toma su tiempo, con la arruga entre las cejas, cambiando constantemente de rotulador, como si realmente importase que aquel dibujo quede bien. Quizá agradeciendo mi silencio. Ausente de lo que acaba de pasar. A solas.

Ayer murió José Hierro.

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