PARA RECORDAR


El manuscrito de las recetas Uruguayas para curtir la piel. El avión de madera que construiste de pequeño. Fotos. Miles de fotos, negativos y diapositivas. La vieja bicicleta. Los primeros cuadros de tu hermana. El cuerno. Reliquias informáticas de los 80. El osito sufridor que dió fe de tus pinitos en costura. Vuestros juegos de mesa.. de entonces. La antigua balanza. Montones de aperos fotográficos. Tu primer cuaderno de caligrafía.

Es curioso cómo para cada uno recordar tiene significados diferentes. A pesar de las mudanzas, siempre conservamos "el cajón", ese que parece que tiene doble fondo y que nada tiene que envidiar al bolso de Mary Poppins.

Cuando el cajón se te queda pequeño... es un buen síntoma tener una caseta en el jardín para todos los recuerdos que no caben en la memoria.

La lluvia quiso llevarse montañas de papel mojado. Y todo un container de recuerdos echados a perder. Incluso dió pie a la exterminación de cientos de generaciones de cucarachas. Pero hay sentimientos, emociones, momentos... que son nuestros. Esos no se van. Ni con agua caliente.

En el fondo no somos tán diferentes.

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