Cambiando de aires















Vivir cerca del retiro no es una mala opción. Pero cuando la alternativa es este paraíso, ¿Quién no se vendría a Castell de Ferro a tomar el sol indefinidamente?

Pues allá nos fuimos a la nueva casa de la tia Angelita, taladro en mano, a montar los muebles del Ikea, y por supuesto... a tomar el sol, y contarnos todas las novedades.

En éste rinconcito del mundo, lo mejor es dormir con las ventanas abiertas y ver amanecer. Abres el ojo, y ahí está el mar en el horizonte mientrar remoloneas un ratito más con las olas. Casi, casi como despertar en un barco. Y feliz.. se le ve muy feliz que es lo que importa. o no?

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